Pocas piezas pueden presumir de haber perdurado con tanta soltura en la historia.

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El lebrillo ha sido desde siempre un elemento fundamental en las labores cotidianas de nuestros antepasados. 

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Hoy, los pocos que perduran se han convertido en auténticas piezas de coleccionista y los nuevos, están altamente cotizados. Ahora, por representar uno de los símbolos más identificativos y hermosos de nuestras tradiciones y de la hermosa labor del auténtico artesano.